Al final el cielo se portó y presentó un estupendo color azul cielo este finde. Aunque eso sí, el vientecito norteño sí que impidió disfrutar de la piscina tal y como pronostiqué, la alternativa fueron unas largas y perezosas siestas en la tumbona bajo el sol y sombra que permitian las no muy tupidas ramas de un arbol con un nombre genial: paraiso.
He vuelto al curro descansada y eso con los horarios de mis "working days" es de agradecer.
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2 comentarios:
Buenas, pasaba por aquí y me he dicho voy a dejar un saludo a estela que hace mucho que no se nada de ella, pensaba que habías dado por abandonado el blog, pero me alegro que lo hayas cogido de nuevo con ganas.
Espero que te vaya muy bien por donde andes ahora.
Y por si había dudas (que me imagino que si) soy Ramiro.
Solecito solecito, cuanto te echamos de menos este veranito...
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